Relatoría sobre la Ética y Calidad en la Construcción
Integrante
González, Paola C.I. 28.318.473
Caracas, mayo del 2025.
El Ingeniero Dao, miembro de la
Cámara Venezolana de la Construcción, presentó una ponencia magistral titulada
“Ética y Calidad en la Construcción”, donde abordo la interrelación entre los
principios éticos y los estándares de calidad en el sector de construcción. Su
exposición, basada en normativas nacionales, experiencias prácticas y casos de
estudio, enfatizo como las desviaciones éticas impactan la seguridad,
durabilidad y sostenibilidad de las obras.
La charla abordó diversos temas,
comenzando por establecer que el concepto de ética en ingeniería va más allá de
simples normas de conductas para constituirse en un pilar fundamental que
garantiza la seguridad pública y el desarrollo sostenible, explicando que en el
ejercicio profesional de la ingeniería cada decisión técnica tiene
implicaciones morales y sociales que trascienden el ámbito técnico, pues cuando
un ingeniero firma un plano, aprueba un material o supervisa una obra, está
asumiendo una responsabilidad ética y legal sobre la vida de otros individuos
que habitaran o usarán dicha estructura, responsabilidad que queda claramente
establecida el código de ética del Colegio de Ingenieros de Venezuela, el cual
en sus artículos del doce al quince, no solo prohíbe expresamente el fraude y
la negligencia, sino que obliga a los profesionales a denunciar cualquier
práctica que comprometa la seguridad, incluso cuando esto implique conflictos
con empleadores o clientes, principios que desafortunadamente con frecuencia se
ven vulnerables en la industria de la construcción venezolana.
En cuanto a la calidad de la
construcción, el experto hizo especial énfasis en que esta no puede entenderse
como un simple cumplimiento de normas técnicas (Como las Covenin o las ISO
9001), sino como el resultado de un proceso integral donde convergen la
competencia técnica, los materiales adecuados, la supervisión constante, y,
sobre todo, el compromiso ético de todos los actores involucrados, ilustrando
esta afirmación con casos emblemáticos como el del Puente Orinoco del Sur,
donde se detectó corrosión prematura en elementos estructurales debido a la
eliminación de imprimantes anticorrosivos no visibles a simple vista, pero
esenciales para la durabilidad de la obra, decisiones que según el análisis
presentado respondían más intereses económicos particulares que a criterios
técnicos, y que pese a estar claramente prohibidas tanto por el Código Ética
como por la Ley del Ejercicio Profesional, siguen siendo prácticas recurrentes
en el sector, especialmente en proyectos de obras públicas, donde las presiones
por cumplir plazos de tiempo y recortar presupuesto suelen ser mayores.
No obstante, La calidad en la
construcción trasciende el simple cumplimiento de normas, dado que es el pilar
fundamental que garantiza la seguridad de las personas, la perdurabilidad de
las obras y el desarrollo sostenible de las comunidades. Cuando se aplican
rigurosos estándares de calidad, no solo se previenen colapsos estructurales y
tragedias humanas, sino que se optimizan recursos, se reducen costos a largo
plazo y se construye confianza en el sector.
Cada material certificado, cada
prueba de resistencia realizada y cada procedimiento supervisado representan un
compromiso ético con la sociedad y con las generaciones futuras. La verdadera
excelencia constructiva se mide no solo por lo que se edifica, sino por la
integridad con que se hace.
Como bien señaló el Ing. Dao:
"En construcción, la calidad no es una opción, es la esencia misma de
nuestro deber profesional hacia la sociedad que servimos". Este principio
debe guiar cada decisión técnica, desde los cimientos hasta el último detalle
de la obra.
Por otra parte, destaco el papel
estratégico del sector construcción como motor económico y generador de empleo,
explicando que por cada puesto de trabajo directo creado en obras (obreros,
ingenieros, técnicos) se generan al menos dos empleos indirectos en actividades
vinculadas como fabricación de materiales (cemento, acero), transporte,
servicios profesionales y comercio local, conformando así una red laboral que
impacta positivamente a toda la economía; sin embargo, destacó que
históricamente el sector construcción fue uno de los pilares de la economía
nacional, llegando a representar más del 10% del PIB en épocas de abundancia y
crecimiento económico, impulsado por grandes proyectos de infraestructura,
programas de vivienda masiva y una dinámica de industria petrolera que
demandaba obras complementarias.
Sin embargo, en los últimos años su participación se ha reducido drásticamente a apenas un 2-3% del PIB venezolano, debido a múltiples factores como la severa contracción económica, la escasez crónica de materiales de construcción, la paralización de proyectos públicos por falta de financiamiento, la masiva emigración de mano de obra calificada y el colapso del mercado inmobiliario, lo que ha generado un efecto dominó negativo en toda la economía, destruyendo cientos de miles de empleos directos e indirectos, aumentando el déficit habitacional y dejando en estado crítico la infraestructura del país, situación que según el experto solo podrá revertirse mediante una combinación de inversión sostenida, recuperación de la capacidad productiva nacional, fortalecimiento institucional y, sobre todo, el estricto cumplimiento de los principios éticos que deben regir el ejercicio profesional.
Es por ello, que también advirtió
que al presentarse malas prácticas como el incumplimiento de especificaciones
técnicas, corrupción en licitaciones o paralización de proyectos problemas
recurrentes según su análisis, no solo se compromete la calidad de las obras,
sino que se desencadena un efecto dominó negativo: en este sentido, el experto
enfatizó que la construcción ética y de calidad no es solo un imperativo
técnico sino un compromiso social, pues al garantizar proyectos bien ejecutados
y sostenibles se preservan miles de puestos de trabajo, se fortalece la cadena
de proveedores y se dinamizan las economías locales, concluyendo que la
ingeniería responsable construye no solo infraestructura sino prosperidad
compartida, un principio que debe guiar tanto al sector público como privado
para lograr un desarrollo integral del país. Finalmente, el Ingeniero enfatizó
que la ética profesional en el ámbito de la construcción no es solo un deber
moral, sino una inversión con beneficios tangibles tanto a nivel personal como
laboral: a nivel profesional, actuar con integridad fortalece la reputación
técnica, genera confianza entre clientes y colegas, abre oportunidades de
proyectos más relevantes y reduce riesgos legales (evitando sanciones o
inhabilitaciones), mientras que en el plano personal, proporciona satisfacción
por contribuir al desarrollo seguro de la sociedad, consolida el autorrespeto y
establece un legado de credibilidad que trasciende la carrera individual.
La ética profesional no se
negocia: se aplica Ing. Dao.
(abril 2025)
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