Relator:
Ragdan Chaer
Los ingenieros civiles así como
todos los profesionales deben de acatar ciertas leyes y normas los cuales se
rigen a través de los tribunales de justicia y la ley de ejercicio de la
Ingeniería, la Arquitectura y Profesiones Afines la cual están obligados a cumplir de lo
contrario sería seriamente penado. Sin embargo los ingenieros también se rigen
por el Código de Ética de los
Ingenieros, Arquitectos y Profesionales afines del C.I.V.
Estos códigos tienen relación directa con la formación moral
y los conocimientos que adquirimos durante nuestra vida familiar y de
estudiantes desde la primaria hasta la universitaria, por ende estos códigos
tienen una estrecha relación con la ética.
La ética se dirige al desarrollo
de la libre voluntad del hombre para que actúe correctamente sin perjudicar al
prójimo y tiene como meta la realización del profesional como persona y como
prestatario de sus conocimientos en beneficio de la colectividad donde actúa.
Habiendo dicho esto es importante
conocer más a fondo acerca de los ejercicios profesionales por los cuales se
debe regir un ingeniero. En donde como ya se mencionó anteriormente podemos
encontrar la ley de ejercicio de la
ingeniería – arquitectura y profesiones afines del colegio de ingenieros, la
cual posee 13 capítulos y 41 artículos, entre los cuales obliga a los
profesionales graduados, en cualquiera de las ramas de la Ingeniería,
Arquitectura y profesiones Afines, a inscribir sus títulos en el C.I.V., para
ejercer la profesión, Contiene un capítulo sobre el ejercicio ilegal y otro
sobre las sanciones y nombra al C.I.V. como guardián del interés público.
Otro de los ejercicios
profesionales del ingeniero por su puesto es el código de ética del colegio de ingenieros de Venezuela, en el
cual se hace referencia de veintidós postulados, los cuales hablan acerca de
las actitudes que no debe tomar un ingeniero siempre en el ámbito laboral. Todo
esto con el fin de que el ingeniero ejerza con responsabilidad la actividad
constructiva ante la sociedad, a que mantenga la dignidad, permanencia y
reputación de la actividad constructiva, ejecute trabajos para los que se cuente
con los conocimientos y la capacidad
para realizarlos debidamente, cuide los intereses legítimos del cliente y
realizar los trabajos profesionales con
integridad y cabalidad, cumpla a cabalidad con el ordenamiento legal vigente
aplicable, luche por evitar el soborno y
combatir la corrupción en todas las etapas del proceso constructivo y ser
ejemplo para los demás en el conocimiento, observancia y difusión de los
principios éticos.
Al hablar de la ética también es
importante hablar de la calidad y el buen trabajo desempeñado por los constructores,
por ende la industria de la construcción influye decididamente en la dotación
de la infraestructura indispensable para
el funcionamiento y para mejorar la calidad de
vida, de todos los ciudadanos de una sociedad. La construcción es la via
mediante la cual podemos tener el lujo de vivir bajo un techo, de tener
hospitales, escuelas, estadios, edificios, carreteras y de poder gozar de
servicios de agua y electricidad.
La industria de la construcción
genera además empleos a numerosa cantidad de gente tanto de manera directa como
indirecta.
Es importante que en la
realización de una obra el ingeniero constructor esté atento a no impactar negativamente el ambiente durante
su construcción, haber cumplido el cronograma de tiempo previsto en el contrato
para ponerla en uso, en la operación y en el mantenimiento de la obra y sus
instalaciones, cumplir con todas las especificaciones de calidad y normativas
legales
Todo esto suena muy bonito para
los optimistas y una utopía para los pesimistas, ya que en la realidad nuestro
país se está viendo seriamente afectado principalmente por la falta de ética,
por la falta de cumplimiento a estos códigos, que de cumplirse nos beneficiaria
no solo al constructor o a las personas o entes que están involucradas en una
obra, sino a todos desde los obreros de las obras hasta los futuros colegas que
surgirán de las universidades del país.
Para ser sincero yo soy de los
que piensa que es una utopía, pero no por ser pesimista, sino porque es
imposible que todo el mundo piense de la misma manera, pero si es muy posible a
través charlas a los estudiantes, obreros y constructores y de un buen sistema
judicial que haya un gran cambio en la mentalidad y en la forma en que se están
haciendo las cosas.
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